martes, 29 de marzo de 2011

Italia I


La primera media hora en Italia fue bastante tranquila por suerte. Tenía los horarios de los trenes para llegar hasta Ancona, ciudad de donde es originaria mi familia. Supuestamente, tenia el tiempo suficiente para hacerlo “tranquilo”. Las cuentas me fallaron. Primero tomé un tren del aeropuerto hasta Roma termini, ahí debía hacer un cambio de tren, para tomarme el que iba hasta Ancona. Debía tener unos 20 minutos, en cambio tuve 5. Fallé en calcular cuanto podía tardar, tuve que correr aproximadamente un kilómetro con una mochila pesada al hombro y una valija de una veintena de kilos, por suerte mi estado físico era bueno en ese momento, ahora, al fin del viaje no puedo decir lo mismo. Por suerte, llegué al tren, y salió a los 20 segundos.
El viaje duró unas 4 horas, en cruzar hasta el adriático. En Ancona me hospedé en la casa de mis tíos, con mis amados primos que no veía hace varios años. A partir de ahora, este sería mi hogar base en Italia.
De a poco fui visitando a todos los familiares que tengo por allí. Con uno de ellos tuve la suerte de irme a esquiar un día a Rocarasso. Un centro pequeño, para los que son los centros de esquí en Europa. A unas dos horas de Ancona en auto (nada). En pleno invierno, nos tocó una jornada primaveral para esquiar, unos 15 grados. Lo malo, fue que esa temperatura hizo que la nieve se ponga en un mal estado, pero para esquiar por primera vez en Europa, viene todo bien.
A la vuelta, recorrí varios pueblos de alrededor de Agugliano, donde estaba mi casa. Son todos muy parecidos, pueblos muy chicos, de pocas casas, rodeados por una muralla y un pequeño castillo en la cima del monte.
Pasada una semana, partí hacia mi próximo destino, Bélgica.

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